martes, 24 de noviembre de 2009

La ventana

Se acercó a la ventana y escuchó
-¿donde estás coca?
-¿a quién llamas?
-A mi tía coca
-¿qué necesitás?
-mi ropa. Perdona que esté desnuda
- no importa
-si, porque me voy a morir
-la gente no se muere por estar desnuda
-¿en serio?
-por supuesto
-¿a dónde vas?
- a andar en bicicleta. ¿Querés venir?
-pero como salgo por la ventana
-cerra los ojos
-y salieron. Se fueron a bicicletear por los las nubes
Y ella le contaba de sus miedos, de su ropero ausente, de su posible electrocución.
Y se conocían. No sabían de donde.
Sospecho que, como me contó una persona con los chakras en orden, habían vivido en otra vida y se habían cruzado y el también la había ayudado a correr la cortina del miedo. Aunque sea hasta que el viento volviera a cerrar la puerta de un solo golpe seco y sordo.

eSA alTIVA CANción aBISmal

eSA alTIVA CANción aBISmal




Uno vive realid ades que uno sólo vive. Si queremos desarti cularnos para explicarlo, al que ent iende le queda el beneficio de la duda. Ese es el gu stito de la vida, ese es el con dimento necesario para ha cerl e ente nder al que quiere más y más que deje de buscar la acum ulación, que ya bastante tiene con la aventura de ser humano. La aven tura de saber que vaya a do nde vaya pod rá tener al go que es s uyo. Su vida. Tiene su vida, SUS sensaci ones con may úsculas tiene sus pupila s que solo ven lo que él ve, y tiene ese don de pertenecer a u na realidad que a su vez le pertenece.

No sigas acum. ulando, no busq ues más mat eria. Las abstra ccio nes de tu me nte son tu tesoro.

Hasta en la m etáf ora más pesi mis ta de los fin es, esa q ue es un tún el sin salida y sin retorno, esa metáf ora que es mentira, se le con cede al desgr aciado una últi ma vis ión de sus vis iones.

Todosloscuadrosdeañosvividossuperpuestosenelmismocuadro
delaúnicatomadelaúnicapelículaqueseestrenaunúnicodía:
El día que se la baja del cartel, el dí a que s e baja el tel ón.

Caminante

Sigo un camino que va, en línea recta, de norte a sur. Dejo atrás al norte que tanto mal hace. Se hace difícil dejar atrás el norte, sumirlo en el olvido. Lo que se compensa con lo fácil que es no perder de vista el sur. Hay quienes pierden su norte. A mi eso no me preocuparía, me preocuparía perder el sur, perder de vista mi cruz del sur, mi razón de caminar.

Cuando comencé a caminar el sol se asomaba a mi izquierda. Mi sombra era larga. Mis pies pesaban, como si sobre ellos llevaran mi peso real y el peso de mi sombra y sus suspiros. Ahora que se me hace media mañana me miro y casi ni me reconozco. Tengo certezas y huellas que al alba no tenía. Tengo la certeza que más allá del sol no hay nadie, ni nada, ni ateos y mucho menos teos, porque ni siquiera existe su Dios. Tengo la certeza que esta ropa ya me queda chica, pero debo acomodarme a la que me toca vivir. Y me da miedo decirlo, pero estoy casi seguro de que el amor sirve de poco. Ayuda de mucho, tabla de salvataje, pero no ayuda lo que creemos que ayuda. Si no, veamos el amor que nos dicen tiene ese tal Dios para con nosotros. Si con todo ese amor lo que mis ojos ven a la mañana de este lunes, del martes y los viernes no cambia, me parece que con el amor mucho no se hace.

Sin embargo, me refería a otro amor. Ese que me dejó tres marcas en el pecho. Según un sabio al 5 golpe podría matarme sin que me de cuenta. Cinco golpes que solo me permitirían dar cinco pasos hasta mi abrazo con la muerte.

Pero como hacer para estar prevenido?

Uno toma las precauciones, pero a uno lo toman por boludo. Se le ríen en la cara luego de haberle escupido la sábana.

Y todo esto me pasó antes que el mediodía llegue. Seguiré caminando, con mi sur entre ceja y ceja, para ver si el mediodía me agarra mas amigado con el día que es la vida.





Junio 2009-F.R.